Este fue el lema de uno de los candidatos presidenciales de Costa Rica para las elecciones de este año 2010. Me parece un lema sumamente ingenioso en la arena política. Ahora que ya pasaron las elecciones, nos damos cuenta que el lema no fue suficiente. Por lo que a mí respecta, quisiera trasladar el lema al plano religioso. Casi me atrevería a adivinar que el lema fue inventado por un “cristiano”. Digo esto porque me parece que los cristianos caen frecuentemente en la confusión religiosa creyendo que “el menos malo… es el más bueno”. ¿Cómo funciona esta confusión?
Primero notemos que a los seres humanos no nos gusta ser “igualados”. Esto lo encontramos en la parábola de los trabajadores de la viña contratados a diferentes horas del día (Mateo 20). El reclamo de los trabajadores que habían trabajado todo el día, es que el dueño o patrón, los había igualado con los que habían trabajado solamente una hora. En plano más anecdótico vemos esta misma actitud en los escolares que no les gusta usar el uniforme escolar y siempre andan buscando maneras de no usarlo o variarlo a su manera. Como dice el dicho, todos somos iguales pero algunos son más iguales que otros.
El mensaje de la gracia de Dios es que todos somos iguales: no merecemos el amor de Dios. Todos somos pecadores y todos los cristianos bebemos de la misma fuente gracia sobre gracia. Esa fuente es Jesucristo (Juan 1). El ser humano, como los fariseos del tiempo de Jesús, no desea ser igualado en lo malo. Ellos preguntan, ¿acaso somos ciegos nosotros también? (Juan 9). Conociendo esta tendencia en el ser humano, Jesús enseña a los cristianos a no juzgarse los unos a los otros. No juzguéis, para que no seáis juzgados (Mateo 7).
Sin embargo, el cristiano enseñado por estas verdades, puede reconocer que es pecador, y a la vez, sentirse o creerse superior a los demás; porque, aunque soy malo, razona, soy el menos malo del grupo. Y si soy el menos malo del grupo, soy el más bueno. Esta actitud es persistente. Pero no es verdadera. Es parte del pensamiento de los seres humanos, pero no es la manera de pensar de Dios (Marcos 8:33). Es la manera de pensar que Satanás inspira en los cristianos (por eso Jesús le dice a Pedro, apártate de mí, Satanás).
Debemos estar alerta para no ser engañados. El menos malo no es el más bueno sino es el más malo. “Si fuerais ciegos, no tendrías pecado” dijo Jesús. El que no quiere reconocerse malo (esto es, enfermo, ciego, pecador, perdido) todavía está en oscuridad y la luz del evangelio y de la gracia de Dios no ha resplandecido en su corazón.
Que no se nos olvide que el menos malo, no es el más bueno, sino que es el más malo.
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- sadrac
- Pastor de CCEB y Profesor del Seminario ESEPA. Ver más información en www.esepa.org
jajaja... si es cierto, en ocasiones nos creemos los menos malos... y más que eso algunos hasta casi perfectos!!
ResponderEliminarMe agrada que estés leyendo. A raíz de una conversación de ayer, pienso también que algunas personas que han sufrido mucho en su autoestima aceptan con más facilidad ser maltratadas, y hasta abuso espiritual en algunos lugares llamados iglesias. No hay que confundir la dimensión espiritual de nuestra relación con Dios, con la dimensións social (horizontal) con nuestros hermanos. Esto es, soy pecador, pero esto no significa que otras personas puedan hacer conmigo lo que quieran.
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