Algunos maestros dicen a sus estudiantes al comenzar el año o un curso que todos ya tienen una nota de 100, y que el trabajo de ellos es nada más mantenerla. Supongo que es una manera motivadora de ponerlo. La vida es un poco diferente. Muchas personas comienzan a vivir bajo el signo de que ya están “quedadas” y no importa lo que hagan, no hay manera de aprobar. Esta experiencia de algunas personas, es lo que se supone que todos deberíamos experimentar ante nuestro creador. ¿No es esto increíble y trágico?
La narración de Génesis 3 explica que la relación inicial y buena entre la criatura y el creador fue rota por la desobediencia humana. La expulsión física de Adán y Eva del huerto del Edén significa que el ser humano ya no vive en comunión con Dios y no hay camino que las personas puedan inventar que los devuelva a esa relación de compañerismo con Dios. Más aún, la condición humana no es solamente de lejanía de Dios sino que su condición es la de un condenado errante y su destino final, a menos que reciba algún tipo de ayuda sobrenatural, es todavía peor.
Lo extraño entonces no es que las personas tengan problemas en encontrar el propósito y significado de sus vidas. Lo extraño no es que las personas tengan problemas en vivir una vida plena. Lo extraño sería que encontraran y disfrutaran de todo eso. Obviamente esta es una de esas enseñanzas duras, difíciles de aceptar. ¿Quién quiere aceptar que está quedado? ¿Quién quiere aceptar que no tiene ninguna oportunidad, ningún chance? A fin de cuentas algunas personas parecen haberlo encontrado todo, no necesitar nada y vivir una vida plena. ¿No bastará con que nos cuenten su secreto?
No seré yo quien llame a una persona infeliz, cuando ella afirma ser feliz. Ya lo dijo Jesús, los sanos no tienen necesidad de médico. También dijo que hay personas que ya tienen su recompensa (en esta vida). La enseñanza de Génesis 3, como de toda la Biblia, es para la gente que piensa y siente que la vida les ha pasado de largo (canción de America, Lonely People). Sobran los motivos para sentirse de esta manera. Pero este es solamente el principio. Este reconocimiento de nuestra necesidad espiritual es solamente el principio, pero qué principio. Para juicio he venido a este mundo, dijo Jesús. Para que los que no ven, vean. Al reconocer nuestra necesidad de Dios, estamos empezando a ver y hemos comenzado el camino de la salvación y la restauración en Cristo.
El que no tiene nada que perder, puede arriesgarse en la aventura de fe que dice que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo. Que lo que nos ha sido robado por Satanás, que la muerte que ha llegado a nuestra vida, que la destrucción en la que hemos vivido; todo eso puede ser revertido en Cristo. Porque él vino para que tengamos vida y vida en abundancia. Porque a los que le reciben, los que creen en su nombre, les da el derecho y privilegio de ser hijos de Dios, otra vez.
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- Pastor de CCEB y Profesor del Seminario ESEPA. Ver más información en www.esepa.org
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