Agenda de Sadrac

  • Sadrac predica todos los domingos en la Comunidad Cristiana el Bosque a las 5 p.m. Templo de la Iglesia Bautista China en Zapote.

martes, 3 de noviembre de 2009

Una mejor manera de hablar

El lenguaje es una de las características distintivas del ser humano. Por años la lingüística ha estado explorando las diferentes formas de comunicación humana. Los filósofos no han estado ajenos a este fenómeno. Por ejemplo, Wittgenstein dijo que “imaginar una lengua significa imaginar una forma de vida” (Philosophical Investigations, 19). O puesto de otra manera, hablar una lengua es vivir de cierta manera. Hasta donde yo puede ver y conocer, creo que esta afirmación ha tomado carta de ciudadanía en los interesados en el tema.

Si nuestra forma de hablar delata la forma en que vivimos, si la forma de hablar expresa un mundo, nuestro mundo, creo que debemos revisar un poquito cómo hablamos. Aquí yo tengo en mente nuestro lenguaje religioso.

Por lo pronto, quiero referirme a tres pasajes bíblicos para ilustrar lo que quiero decir. Luego, leeremos unos pasajes que dicen textualmente lo que quiero decir.
En Gálatas 4:9 Pablo dice que “mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? (RV60)”. Es interesante que el apóstol, habiendo hablado o escrito, se corrige a sí mismo inmediatamente. Aparentemente, la primera expresión no es completamente correcta. De las dos afirmaciones: “Conozco a Dios” y “Dios me conoce”, la segunda es seguramente correcta y la primera, a duras penas y con ciertos matices, se puede decir que es correcta. Otra manera de ponerlo: la única manera de hablar significativamente de que nosotros conocemos a Dios, es afirmando primero, y basando nuestra expresión en, el hecho de que Dios nos conoce. Recuerden, nuestro lenguaje expresa un mundo, una vida, una cultura, un estilo de vida. ¿Quién es el sujeto de la primera oración y quién es el sujeto de la segunda? ¿Quién es el objeto de la primera oración y quién es el objeto de la segunda?

El otro pasaje que ilustra lo que quiero decir es Marcos 9:24 “Creo, ayuda mi incredulidad”. ¿Qué es lo que este hombre quiere expresar? Parece ser que el deseo de ver a su hijo sano lo hace decir “creo”, y acto seguido, se reprende a sí mismo, y dice, la verdad es que más que creer soy incrédulo, así que Señor, “ayuda mi incredulidad”. ¿Qué clase de sujeto se expresa en la oración “creo” y qué clase de sujeto se expresa en la oración “ayuda mi incredulidad”?
Poe último, volvamos a Pablo. 1 Corintios 15:10 dice “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios en mí”.
Pablo dice que ha “trabajado más que todos” los otros apóstoles, pero inmediatamente se corrige y dice, “pero no yo, sino la gracia de Dios en mí”.

Esta es la enseñanza: debemos corregir nuestro lenguaje porque nuestro lenguaje refleja el mundo en que vivimos. El mundo en que debemos vivir es el mundo de Dios, en el reino de Dios. Si no corregimos nuestro lenguaje vamos a vivir en este mundo, el mundo donde Satanás es el dios y nosotros pretendemos ser protagonistas.
Quiero sugerirles en esta mañana que el lenguaje cristiano está lleno de expresiones dudosas, es decir, corregibles. Es probable que haya una manera mejor de hablar. El lenguaje cristiano está lleno de expresiones como: yo conozco a Dios, yo creo en Dios, yo alabo a Dios, yo sirvo a Dios, yo soy un cristiano, yo soy un pastor, yo soy un líder.

¿Cuál sería otra manera, y tal vez mejor manera, de decir esas cosas?
Dios me conoce, Dios cree en mí, Dios me guía y capacita para alabarle, Dios me usa por su gracia, Dios me ha salvado, Dios me ha llamado, Dios me ha dado dones de liderazgo. Juan 15:16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”. Dios me ha elegido.

Seguramente habrán oído a pastores que cuando predican le dicen a la gente “repitan conmigo” y dicen una palabra o una frase. Algunos de ustedes están acostumbrados a eso en sus iglesias y a otros les aburre y hasta se sienten mal cuando los ponen a repetir. Hace poco escuché a un predicador pedir a al congregación que repitiera el sonido de los gatos (miao). Pero, pregunto, ¿no habrá algo de bueno en esto? Pero, ¿dónde estará lo bueno?

Creo que lo bueno está en que estamos aprendiendo un nuevo idioma. Estamos aprendiendo una nueva forma de vida. Cuando un pastor le dice a su congragación, dígale a su hermano que Dios le ama, está enseñando una forma de hablar que a la vez es una forma de vivir. Dígale a su hermano que él es más que victorioso. Está enseñando una forma de vida. Claro, cuando los hermanos solo repiten palabras sueltas, cuesta verle la importancia de repetirlas, a no ser, despertar a la congregación.

Corregir nuestro lenguaje, en la línea apuntada arriba, es importante por la enseñanza de las siguientes escrituras:

Filipenses 2:13 “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.
2 Corintios 10:17 “Más el que se gloríe, gloríese en el Señor”.
2 Corintios 3:5 “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”.
2 Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.

La canción popular Midnight train to Georgia dice que “prefiero vivir en su mundo, que vivir en el mío, sin él”. El mundo de Dios es el único mundo donde vale la pena vivir. Una manera de habitar el mundo de Dios es hablar la verdad, hablar el lenguaje bíblico, que las palabras de Jesús sean guardadas por nosotros.

2 comentarios:

  1. Creo que es necesario que sepa que aunque no reciba comentarios a sus escritos, no significa que ellos no estén causando efectos en los lectores. Probablemente estamos haciendo "digestión", unas veces, y otras, no hay nada que agregarles, o estamos conociendo lo que otro cristiano piensa sobre unos temas que están en nuestro ambiente cada día, y tal vez no nos habíamos detenido para reflexionar en ellos. Gracias por tomar su tiempo y dedicarlo a compartir de lo mucho que usted conoce.
    Sobre este artículo del lenguaje, mucho podríamos comentar, basta decir que si el cristiano comprendiera la importancia de la palabra dicha o escrita; comenzaría a corregir su ortografía, su vocabulario simple, y estaría tratando de pulir su forma de expresarse...
    Pero, se ha considerado que lo más importante es repetir versículos bíblicos, sin hacer énfasis a que estos versículos los podríamos, también, expresar con nuestras palabras. Qué lindo sería que cuando una persona nace de nuevo por el Espíritu Santo, y comienza a crecer en lo espiritual,también se preocupe por crecer académicamente en las áreas que se ha quedado atrás (por muchas razones) y quiera tener un crecimiento integral.
    Dejemos atrás las viejas costumbres y la vieja imagen de "es que yo no puedo", "es que ya es muy tarde" y muchas otras más...
    Seamos cristianos con anhelos, llenos de motivaciones y esperanzas de que el mundo necesita de personas que puedan transmitirles el evangelio de una manera inteligente, clara, y llena de amor. Dios lo bendiga.

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  2. Maria Estela
    Agradezco sus palabras y comparto sus comentarios. Motivan a las personas a superarse, lo cual es el destino humano y cristiano, superarnos siempre. Bíblicamente la palabra es "creciendo" siempre en el conocimiento de Dios, creciendo en la obra de Dios, creciendo en el amor, etc.

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Pastor de CCEB y Profesor del Seminario ESEPA. Ver más información en www.esepa.org